La Finca San Carlos, ubicada en el estado de Mérida en los Andes Tropicales de Venezuela, es el hogar de un café excepcionalmente cultivado. La región es conocida históricamente por producir algunos de los mejores cafés del mundo, y específicamente por los "cafés de Mérida". El Valle de Mocotíes, un valle alargado moldeado por el río Mocotíes, es la zona en la que se asienta esta finca, que forma parte de la cuenca del lago de Maracaibo, conectando con el mar Caribe. El clima en la zona está fuertemente influenciado por el lago de Maracaibo en una ladera y el río Mocotíes en la otra, lo que crea un microclima único que ofrece condiciones óptimas para el cultivo del café.
Los suelos fértiles y profundos de la zona con equilibrio de arena, lima y arcilla, y alto porcentaje de materia orgánica, son ideales para el cultivo de café de alta calidad. El café se cultiva a media sombra y con manejo mixto, que incluye tanto prácticas orgánicas como convencionales, lo que permite que la finca cultive su café de manera sostenible. Además, la Finca San Carlos de Alejandro García realiza un gran trabajo de reforestación, mediante semilleros forestales y transplantes, protegiendo los suelos y la biodiversidad, y diversificando la economía mediante la siembra de árboles frutales y maderables. Todas estas prácticas son una muestra del compromiso de la finca con la agricultura sostenible y la protección del medio ambiente.
La finca, que se encuentra a una altitud de 1100 metros sobre el nivel del mar, no solo produce un café de alta calidad, sino que también es un refugio para la biodiversidad, un lugar donde la generación de relevo, con una visión de producción más sostenible, contempla la protección de los suelos, la diversificación de la economía y las actividades de adaptación y mitigación del cambio climático. La finca se dedica a la producción de café de alta calidad desde la época colonial, y su compromiso con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente no ha disminuido con el tiempo.
Historia
La familia García comenzó a cultivar café a principios de 1800 en Táchira, Venezuela. Durante la década de 1960, el Md. Prof. Dr. José Vicente García regresó de Alemania y se estableció en Mérida, Venezuela. Desarrolló una propiedad de 60 hectáreas en el pueblo andino de El Castillo y "San Carlos de Bella Vista" se convirtió en uno de los principales estados productores de café de la región. Esta zona, conocida por producir algunos de los mejores cafés del mundo sufrió, desafortunadamente, durante principios de los años 90, un período de crisis económica y falta de apoyo para la agricultura que la llevó a una crisis que afectó profundamente a los productores de café. Como resultado, la mayoría de las plantaciones fueron abandonadas o taladas.
A pesar de la adversidad, incluido el fallecimiento inesperado del Dr. José Vicente, los Garcías se mantuvieron resilientes y lograron mantener la plantación en marcha hasta 2003.
En 2016, Alejandro, sus hijos y su hermano Gustavo, en colaboración con Luis Andrade (APROCANDES), decidieron devolver las tierras de pastoreo de ganado a sus orígenes: plantar café y reforestar con árboles para proporcionar sombra a la plantación y apoyar la mitigación del cambio climático. Esto ha motivado a los agricultores vecinos a considerar el café como una alternativa viable y gratificante, lo que ha llevado a un aumento en la producción de café Arábica. Los Garcías ahora buscan formas de posicionar directamente sus cafés en Europa, con excelentes puntuaciones de análisis sensorial que promedian 84.
En 2022, gracias al consejo de su amigo Ing. A. Bart Pauwels, los Garcías están explorando la agroforestería-café, que tiene varios beneficios para el medio ambiente, la economía y la calidad. La familia García y su socio Luis Andrade (APROCANDES) se comprometen a fomentar y ayudar a los productores locales de café a recuperar el medio ambiente local, contribuir a un planeta más saludable y mejorar sus propios estándares de vida.